Continúan las fiestas de
San Mateo en la
Ciudad de Osma. Esta mañana los cocineros se daban maña para preparar las calderetas. Un buen amigo me otorga el privilegio de comprobar su estado de cocción.

Cazuelas de aluminio, buena carne, productos de sus huertas y la experiencia, dejaban un aroma especial.

El sabor y el punto de sal perfectos.

La
plaza mantenía un ambiente festivo y el día soleado acompañaba.

El
Olmo sobrevive y es el eje del
baile de la escoba finalizada la comida. Es un antigua tradición.

El
castillo un año más vuelve a oir los ecos de la fiesta.
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