Despues de cumplir con la tradición de llevar flores a mis padres y familiares, pasé por la Tumba de Leonor.
La sensación fue un poco deprimente, la austeridad del entorno ayudadaba a pensar que nuestra soriana está un poco olvidada.
Pasando por el Paseo del Epolón vemos un mural grandioso, que contrasta con la sencillez del entorno donde reposa Leonor.
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